martes, 16 de marzo de 2010

Era la noche
sí, la noche y las estrellas
tan culpables como nuestras miradas
mientras nos acariciabamos
en silencio...
mudos como nuestro amor,
con la luna y su ausencia...
humano por una noche
amé y fuí amado...
en silencio,
en el fin del cuarto menguante!

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